El otoño es una de las cuatro estaciones del año y una de las dos de la zona intertropical. Astronómicamente, comienza con el equinoccio de otoño (21 de Septiembre en el hemisferio norte y 21 de Marzo en el hemisferio sur) y termina con el solsticio de invierno (alrededor del 21 de Diciembre en el hemisferio norte y 21 de Junio en el hemisferio sur).
Sin embargo, habitualmente se conoce como otoño el período que comprende los meses de septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio norte y marzo, abril y mayo en el hemisferio sur.
En ambos hemisferios, es la estación de las cosechas, por ejemplo, del maíz y el girasol. En la literatura, el otoño, en sentido figurado, representa la madurez.
El otoño se caracteriza por la caída de las hojas de aquellos árboles que forman parte del grupo de los caducifolios. Los árboles de este tipo, a diferencia de los perennes, renuevan sus hojas cada año. Con la llegada del otoño, por lo tanto, las hojas adquieren un color amarillento o amarronado y caen al suelo una vez que están secas. Durante el invierno, los árboles caducifolios permanecen “desnudos” y recién vuelven a exhibir su follaje en la primavera.
Aunque sus características varían según la región geográfica, lo habitual es que, en el otoño, las temperaturas desciendan respecto al verano, alcanzando los niveles más bajos del año en el invierno.
Follaje
Durante esta estación la temperatura comienza a descender. Las hojas de los árboles caducos cambian su color verde por tonos ocres, hasta que se secan y caen ayudadas por el viento que sopla con mayor fuerza. Este cambio de color se observa más claramente en diversas regiones del mundo, como América del Norte, el Este de Asia (incluyendo China, Corea y Japón), Europa, zonas centro, sur y austral de Chile, centro y sur de Argentina, Australia oriental y la isla sur de Nueva Zelanda.
Canadá y Nueva Inglaterra son destinos muy populares para observar el follaje otoñal
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